Con su mezcla de estilo urbano, exuberantes zonas verdes, fantástica costa y boutiques de las mejores marcas, Dublín late con energía a la vez que conserva un ambiente acogedor y relajado. Es una ciudad llena de vida con calles comerciales en el centro abarrotadas de gente a todas horas y con un ambiente de pubs locales que es diferente al de todo el resto de Europa. Por si fuera poco, la vida nocturna en Dublín es animadísima.
Sin duda es una de las ciudades con mejor ambiente y más vida de Europa que no dejará indiferente a nadie que se anime a dar un paseo por sus calles.

El río Liffey separa las zonas norte y sur de la ciudad. Si en otras ciudades el río es un elemento importante, en Dublín lo es aún más ya que la división entre los distritos impares de la ciudad y los pares no es simplemente geográfica, sino que los barrios, la arquitectura, el carácter e incluso los estilos de vida cambian radicalmente de un lado al otro.

¿Qué hacer en Dublín?

- Visita obligatoria es la mundialmente conocida fábrica y museo Guinness. Un lugar donde podrá ver cómo se fabrica la cerveza y muchas curiosidades sobre el producto más típico de Irlanda. Además, podrá disfrutar de unas magníficas vistas de Dublín mientras se toma una pinta en el bar panorámico del último piso.

- Adentrarse en el Temple Bar, el barrio bohemio por excelencia de Dublín y con más marcha de día y de noche, con una concentración impresionante de pubs, restaurantes, hoteles, night-clubs, galerías de arte, tiendas (de ropa de segunda mano, de discos, de recuerdos, etc.), actividades culturales, etc.

- Pasear a orillas del río Liffey que cruza la ciudad de Dublín de este a oeste y la divide en dos mitades bien diferenciadas, Norte y Sur. Después de 125 kilómetros, desemboca en la bahía de Dublín, en el mar de Irlanda.

- Visitar el Castillo de Dublín, atracción turística de primer orden en la capital.
Los edificios son en su mayoría del siglo XVII mientras que el castillo original se remonta al siglo XIII.